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lunes, 2 de abril de 2012

SEMANA SANTA


SEMANA SANTA

Momento de Reflexión

Hoy día les hablaré del significado de la Semana Santa, el momento más intenso y significativo para el mundo cristiano, para los católicos en especial. Es la oportunidad para que todos celebremos con fe y devoción la muerte y resurrección de Jesús, hechos centrales de nuestra fe que, una vez más, se reactualizan en el largo recorrido de estos 2012 años de historia. No soy teóloga ni catequista, así que no me resulta fácil profundizar acerca del sentido que ésta semana tiene, sin embargo puedo entregar una sencilla orientación acerca del sentido que tiene Semana Santa, de tal manera que los ayude a todos ustedes a sentir el paso del Señor por nuestra vida y nuestra historia.

Por ser algo de profunda reflexión personal, mi propósito es entregar, desde mi punto de fe, la importancia y significado de esta semana, que se inicia con el Domingo de Ramos.

REFLEXION DE LOS MISTERIOS

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: Esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.

Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico. A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua. Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
En el Domingo de Ramos celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Por esto, nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa.

La fecha de celebración de la Semana Santa es distinta cada año, porque el Viernes Santo debe ser el viernes posterior a la primera Luna Llena de Primavera. Por ello puede celebrarse tan temprano como un 21 de marzo, o tan tarde como el 23 de abril.

JUEVES SANTO

En el Jueves Santo se celebra: La Última Cena, el Lavatorio de los Pies, la Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio la Oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní. Posterior Aprehensión de Jesús.

Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.

Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.

Jesús tomó el pan y lo bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen y coman, esto es mi cuerpo”. Luego tomando una copa de vino y dando gracias, se la dio diciendo: “Tomen y beban todos de él, porque este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria mía”.

VIERNES SANTO, Pasión y Muerte de Jesús

En este día recordamos cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna. Ese día no se celebra la Santa Misa.

Es la Pasión del hombre abandonado, humillado y flagelado. Se recuerda y se siguen las estaciones del Vía Crucis (que significa camino de la cruz). De este modo nos unimos al dolor y la Pasión de Cristo. La cruz es la victoria del amor y de la esperanza de la Resurrección.

En este día, se recuerda también, la prisión de Jesús, los interrogatorios de Herodes, Pilato, cuando se lava las manos frente al pueblo que sentencia a muerte a Jesús, la flagelación, la coronación de espinas y la posterior crucifixión. Una vez muerto, Jesús es bajado de la cruz y sepultado.

SABADO SANTO

Se recuerda el día que pasó entre la muerte y la Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos.

“Jesús yace en su tumba y los apóstoles creen que todo se acabó. Todo el día sábado su cuerpo descansa en el sepulcro. Pero su madre, María, se acuerda de lo que dijo su hijo: “al tercer día resucitaré”. Los apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela”. “El Sábado santo es un día de luto inmenso, de silencio y de espera vigilante de la Resurrección. La iglesia recuerda el dolor, la valentía y la esperanza de la Virgen María”.

Por la noche se lleva a cabo una vigilia pascual para celebrar la Resurrección de Jesús. Vigilia quiere decir “la tarde y noche anteriores a una fiesta.”. En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN o DOMINGO DE PASCUA

La iglesia entera proclama que Jesucristo ha resucitado. Es el día más importante y más alegre para todos nosotros, los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida.

Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios.

Pascua es el paso de la muerte a la vida. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor.

Lo fundamental es que el Señor ha resucitado, ha vencido a la muerte y nos acompaña hasta el final de los tiempos. ¡Feliz Pascua a todos!.

Después del receso de Semana Santa que para mí significa bastante, y que la viví intensamente junto a mi familia, he pasado unas cuantas semanas de esas para no olvidar, en donde los estados de ánimos pasaron por la rabia, la amargura, la injusticia, la indignación, hasta las ganas de llorar. Luego de afrontar como corresponde la situación y salir bien parada de una injusta situación, no pude evitarlo y caí enferma de una bronquitis, que me dejó en cama hasta hace unos días, aún no estoy bien del todo, pero ya estoy nadando hacia la orilla. Aunque ha pasado el huracán, todo lo que sucedió me dejó cansada, pero todos esos días me sirvieron para pensar y reflexionar. Después de estas semanas muy difíciles, por situaciones y circunstancias variadas que no vale la pena relatarlas, me dediqué solo a pensar en tantas cosas que tengo en la cabeza.
Ayer, tomé mis ganas de vivir, mi mente y mi corazón, que son las cosas que me ayudan con las ideas creativas y me fui a caminar cerca de mi casa y reflexioné muchísimo más.

Mas que todo sobre las cosas que me han pasado recientemente y concluí que definitivamente la vida te pone retos todos los días para ver que tan capaz eres de superarlos. Como lo he dicho anteriormente en mis blogs; hay algunos fáciles, triviales y sencillos. Otros en cambio, son muy difíciles y generalmente están ligados al corazón, o a cuestiones laborales o de amistades. Pero son retos al fin, esperando ser asumidos y afrontados. Porque al final tienes dos opciones siempre, la primera es sentarte y llorar sin hacer nada, y la segunda, es respirar profundo, afirmarte los pantalones y arriesgarte a asumir el reto por muy grande y difícil que sea.

Y es que no queda otra. Las memorias de estos momentos son lo único que queda al final. Te dan experiencia y aprendizaje para poder resolver situaciones similares en el futuro. Yo aprendí a no arrepentirme de nada en la vida, porque todo pasa por una razón. No importa cuánto duela, lo importante es sacar la moraleja de todas las historias que se escriben automáticamente en el libro de cuentos de cada uno de nosotros.

Por eso agradezco a todas las personas que me rodean por ser ya parte de mis cuentos, de mi vida, por hacerme reír, por hacerme pensar y por regalarme momentos que me hacen ver la vida con más optimismo.

Pero bueno, cambiemos de tema, hablemos de algo más bonito, que les parece sobre ese sentimiento tan hermoso que llamamos AMOR, pero no teman porque mi blog no se a convertir en un consultorio sentimental. Pero… ¿Qué creen ustedes, sólo se habla del amor cuando se acerca o llega la fecha del día de los enamorados?... ¡¡¡Verdad que no!!!, porque para los enamorados todos los días son de amor, y porque yo creo firmemente en él y estoy enamorada es que quiero compartirles mis pensamientos acerca de este difícil arte que es amar.

Amar es el sentimiento más puro de la vida, es la razón de ser del corazón, una fusión de todos los sentidos, un arte de las almas, es el porqué de la vida. Pero, al igual que tan hermoso, mágico, glorioso, casi un sueño... amar es complicado, no se llega al amor por todos los caminos, no todos los caminos conducen a Roma. Amar es el sacrificio del alma, es entregarle "al otro" nuestra alma para que comprenda que lo quieres, sin embargo, este sacrificio es mutuo, y aunque pierdas parte del alma tuya, estás recibiendo la del ser amado y así, en mutuo sacrificio, vives más y más feliz.

Pero ese sólo es un amor, una clase de amor, porque el amor es tan grande y tan variado... cada corazón es dueño o esclavo de su propio amor, y de ser dueño ha de buscar un esclavo con el que compenetrarse; y de ser esclavo, buscará un dueño al que servir. Pero hay amores no correspondidos, que nos acercan a la muerte como un disparo, amores en los que entregamos el alma, sin recibir nada a cambio, vamos desgastándonos poco a poco, vamos consumiéndonos en una pena sin cura, en un pozo sin fondo y perecemos, ya sin alma, en el vacío oscuro del olvido. Pero, como en los cuentos de hadas, el destino se vuelve cómplice de la suerte y surge un alma que nos salva, que se nos entrega y aprendemos a querer y que nos quieran. Por amor se sufre, por amor se muere, por amor se resucita, por amor se entrega, por amor se recibe... por amor se vive ¡Por amor se ama!.

Felicidades a todos los que siguen creyendo que el amor puede mover montañas.