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jueves, 21 de abril de 2011

LOS ANIMALES QUE VIVEN EN MI INTERIOR

BUSCA LA PAZ INTERIOR , ASI LOGRARAS CONECTARTE CON DIOS EN TODAS SUS MANIFESTACIONES...
Tenemos muchas transformaciones del espíritu de nuestro ser, para que nuestro espíritu sea fuerte, paciente, en el que habita la veneración: su fortaleza demanda con todas estas cosas. Por ejemplo, hasta en lo más solitario del desierto, tu espiritu puede transformarse en el león para querer conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor en su propio desierto.

El león no es capaz de crear nuevos valores: pero crearse libertad para un nuevo crear, eso sí es capaz de hacerlo el poder del león.
Crearse libertad y un "NO" como respuesta incluso frente al deber: para ello, es necesario que nuestro espiritu tome la fuerza de una bestia interna, pero mucho cuidado con el animal que elijas.
Tomarse el derecho de crear nuevos valores es el deber más horrible para un espíritu paciente y respetuoso. En verdad, eso es para él robar, y cosa propia de un animal de rapiña.
Este video es para interpretarles mi búsqueda de los animales que viven en mi interior, la lucha que han tenido que librar y cómo he aprendido a controlar sus impulsos, aquí voy en "En busca de los animales que viven en mi interior".



Mi mirada penetra en el mundo
en el que brilla el sol
en el que titilan las estrellas
en el que yacen las piedras
donde las plantas crecen viviendo
donde los animales viven sintiendo
y donde el hombre y la mujer dotados de alma
da morada a su espiritu
Mi mirada penetra en el alma
que vive en mi interior
el espiritu divino palpita
en la luz del sol
y en la del alma
fuera, en el universo
dentro, en las profundidades de mi ser
hacia ti, oh espiritu divino
me dirigo para pedirte
que crezcan en mi interior
fuerza y bendicion
para mi paz interior,
y que la fuerza de los animales dóciles
resurja completa a flote,
pero la de los animales salvajes
me des el total dominio
para sólo saber utilizar
la que pueda yo controlar.

Me siento tan cansada que una vez más levanto las manos; una delante para señalarte, la otra pegada a mi cara para que no me puedas alcanzar. Los animales que viven en mi, a veces despiertan dolientes, ya no quieren pelear sólo quieren que lo dejen en paz.
Un paso más y me alcanzarás... Se despertó el pasado y me trajo recuerdos, recuerdos siempre recuerdos. Creí estar a salvo, lejos de todo, lejos de ellos, pero siempre están ahí para recordarme lo que viví. Los animales se agitan, bullen en su madriguera. Inquietos, recuerdan el sabor de sus heridas, la esencia de la lucha que han tenido que librar.
Alguien llama y cree que eres lo que fuiste, tú también lo crees en tu delirio. No para mi cabeza, mil imágenes se agolpan, torrente de palabras, de sensaciones, que trato de frenar para no ser arrastrado por ellas. No tengo fuerzas para volver a navegar dejando mis velas al pairo y que me lleven hacia donde quizás siempre fue, hacia donde siempre he ido y donde llegare algún día, trate de evitarlo o no.
Es por eso, que los animales que viven en mí gruñen sabiendo que una leve caricia es la espoleta que pondrá su mundo a andar de nuevo. Un empujón y todo comienza a andar. Levanto las manos y me oculto tras ellos, no quiero golpear y por ello voy a recibir; un golpe, una caricia y todo comenzará de nuevo.
Porque soy simplemente eso... mitad mujer... mitad animal, mis sentimientos se confunden, el deseo de comer, de morder, de dar zarpazos a todo lo que se aproxima. Quizás estuve demasiado tiempo en la oscura madriguera de mi interior y es lo que me empuja a ser lo que siempre somos... Un animalito apaleado, resabiado y desconfiado. Demasiadas malas manos, sin triunfos ni posibilidad de victoria me hacen no querer más, me hacen desear más. Una voz, una sonrisa, una caricia y vuelvo a ser la mujer feliz que soy. Una sonrisa, un susurro y ya estoy aquí. Da un paso al frente y me encontrarás.
Nunca deben dejarse arrastrar y tratar de ser como los demás, todos llevamos muchos animales dentro, hambrientos de sensaciones, de sentimientos, de la paz que debemos encontrar.
Yo, ahora la quiero, quiero esa paz y tengo los brazos levantados para frenar que me alcance o para señalar el camino hacia mí, ya ni se. Malditos animales que no me dejan descansar, son difíciles de controlar. Cierro los ojos: un, dos, tres... los abro y siguen ahí, no desaparecen, siguen allí mirándome, buscándome, queriendo apoderarse de todo mi ser. Cuanto tiempo aguantaré atrincherada dentro de mí en la placidez de mi rutina. Cuanto tiempo apaciguare a las bestias, cuanto tiempo podré, cuanto tiempo querré detenerlas. Ya solo queda bajar los brazos para abandonar o para golpear. Otra partida perdida sin remisión. Duerman animales y denme tiempo para escapar de mí.
Seguiré penando mi pena, pagando mis pecados al precio más alto. En esta vida todo se paga muy caro y yo pagaré aún un poco mas. El precio: Yo misma; mi pecado y mi condena...
A ti que me trajiste la paz no te quiero herir, que la mano que te alcance no se torne en garra... Gracias por lo que me has dado espero no hacer que te arrepientas.

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