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viernes, 3 de mayo de 2013

EL PERRO TROTEADOR

Hace unos meses, en una de las tantas caminatas en las mañanas, note que me seguía un perro no muy flaco, de talla mediana, calculo que es ya un adolescente, porque se nota que no es un perro viejo y de color negro. Como les decía, me seguía… lo hizo durante varias cuadras.

Al siguiente día, salí a las 6 y al pasar frente a la parada de taxis, allí estaba él. Lo salude (Hola perrito) y proseguí mi camino, al instante él me siguió otra vez. La mañana siguiente, inicie mi rutina y de nuevo en la línea de taxis estaba el perro mirando, como esperando por mí, volví a saludarlo y sin invitación el perro se acomodó a mi lado, como si fuese su lugar habitual y me acompaño a caminar. ¡Fue ahí que empecé a encariñarme con él!... Es así como desde entonces, cada mañana salgo con ansiedad de encontrar a mi amigo canino y él espera con inquietud en el mismo lugar, para acompañarme, pero no sólo a mí, al transcurrir las semanas, ha cambiado su rutina, me espera como siempre en el mismo sitio, iniciamos la caminata y justo al finalizar la segunda vuelta, entran vía contraria a mi posición, un grupito de 3 jóvenes damas, quienes también van a caminar y “Negrito Farandulero” (así lo bautice), prosigue sus ejercicios pero con ellas. Observando más tarde, cuando casi finalizo mi 4ta. vuelta, que deja a las muchachas y pasa a acompañar a 3 señoras bastantes maduras. Además, quiero resaltar que son muchas las personas que hacen la rutina de caminar y trotar a diario, por esta misma vía, más sin embargo, los privilegiados de disfrutar de la compañía y travesuras de “Negrito Farandulero” como lo llamo yo, u como le dicen sus otras acompañantes “Loquito”.

Han pasado unos meses y “Negrito” está más estilizado, es fuerte y alegre. Es un perro muy inteligente y fácil de educar. Noble y amable, es un gran perro. Se lleva bien con la mayoría de los perros domésticos  y callejeros, que se encuentran alrededor del conjunto residencial;  aunque algunos sean grandes o dominantes, él es un seguidor, es feliz con otros perros y humanos. Le encanta jugar persiguiendo y ladrando a carros, con perros machos o hembras. No se lleva mal con gatos. Un buen perro para vivir con una familia en una casa con jardín, porque sabe estar solo y es muy cuidadoso con las plantas; o para tener un dueño deportista que le guste la vida al aire libre, porque a Negrito le encanta correr y saltar y jugar, un perro con mucha energía y muy buenos músculos.

Este precioso mestizo, adora que lo mimen hablándole. Será porque es muy joven aún pero con una nobleza que crecerá con su edad, porque un perro callejero que camina sin correa al lado nuestro cuando nos ejercitamos, sin irse, sin ponerse nervioso, sino al contrario, camina y corre alegre, libre, sintiéndose cómodo. Con unos ojos negros mansos y tranquilos que le dan a su cara aspecto de un perro buenazo.

Es feliz con un poco de cariño, un perrito que sin poseer dueño, tiene a muchos, porque es tan noble que a pesar de ser un perro callejero, nunca tiene un mal gesto, sino al contrario, con sus gestos ha ganado un espacio en el corazón de todos los hemos compartido con él… Lo digo, no sólo por mí, sino con base, a lo largo de este tiempo, he observado que los taxistas le llevan comida; en uno de los edificios cerca de la línea, el conserje busco un barrilito vacío y desechado de agua mineral, recortándole la parte cerrada para que quedará como un vaso grande, el cual llena de agua y se lo deja cerca de poste de alumbrado… y es allí que cada 2 o 3 vueltas y el resto del día, que “Negrito” sacia su sed. Incluso hoy mientras me acompañaba en mi rutina, un habitante de los edificios lo silbaba y llamaba para que lo acompañara a comprar el periódico, y pude observar como “Negrito” dudaba entre ir o seguir acompañándome, finalmente prosiguió conmigo.  

Hay algo que me preocupa y es que durante las caminatas Negrito sale disparado ladrando, persiguiendo los autos y cruzando la calle reiteradas veces cortando el tránsito, esto podría ocasionar que lo perderíamos para siempre. También encontrar una solución para evitar que Negrito deambule y el temor que un día no lo vuelva encontrar esperándonos, no sé si buscar para él una familia que tuviera las condiciones de habitabilidad más idóneas para un cachorro. Aunque sería una pena que Loquito, como otros le dicen, tuviera que iniciar una nueva relación afectiva con otra familia, pero por su seguridad es importante que así sea.

Esto es más que nada para tratar de hacer conciencia en la gente sobre el maltrato animal. Y además, porque ellos son unos seres que viven entre nosotros y cuyo único delito fue nacer o crecer en las calles o haber tenido un dueño irresponsable.

Lamentablemente hay muchos pero muchos perros abandonados en nuestro país. Así que, si estás próximo a adquirir una mascota, visita alguno de las muchas organizaciones de rescate animal y adopta una… "No camines solo, adopta un perro".

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