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domingo, 9 de enero de 2011

COMO SOY - RECUERDOS - EL DÍA QUE ME QUISISTE

Soy entre el cielo y el infierno.

Ni ángel ni demonio...

Un suspiro de luz

entre las alas de una mariposa...

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COMO SOY...

Soy la persona que escribe, perceptiva como sensible, tan real como palpable.

Soy el reflejo de tus ojos en la tarde; o la caricia que se escapa de tus manos.

Soy esquemática, ordenada, obsesiva, delirante…

Soy mucho más que mil palabras, y al mismo tiempo un susurro en la noche.

Soy capaz de adivinarte en mis sueños, y saber cuándo necesitas mi abrazo.
Soy clara, transparente, etérea, por eso me escondo en el laberinto.

Soy versátil, adaptable, moldeable, precisa…

Soy el arista de un proyecto en construcción.

Soy un cofre para tus secretos.

Soy la que espera, pero sin detener la marcha.

Soy la que llora en silencio, tus silencios.

Soy mis errores multiplicados por cien.

Soy imperfecta.

Soy el capricho de un Dios inquieto.

Soy la curiosidad del saber, la pregunta y la respuesta.

Soy el pentagrama de una sinfonía inconclusa.

Soy tu caricia rodando la curva de mi cintura.

Soy, ni ángel ni demonio, entre el cielo y el infierno, un suspiro de luz entre las alas de una mariposa…

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RECUERDOS

Los recuerdos por lo general llegan cuando no los espero. Llegan y se quedan, se instalan. Juegan a las escondidas en mi laberinto. Son la materia insustanciada de mi memoria... Algunos tienen ese olor a olvido, tan difícil de olvidar. Otros saben a fruta fresca, y tiene el color de la primavera. Ellos son la causa de mi mirada color sepia...

Los recuerdos son los flashes del pasado que vuelven tarareando esa vieja canción, y caminan a mi lado. Se cuelan en mi alma y me salen por las manos... Algunos los guardo en una caja, camuflados en el papel de un chocolate o en un par de líneas. Otros me miran desde las fotos en la pared. Están por todas partes: entre mis lápices, en mis libros, en los cajones de mi ropa. Yo creo que no, pero ellos están, esperando el momento de sorprenderme.

Son ese dolor en el medio del pecho...
El vacío en la boca del estómago...
El corazón latiendo a mil por hora...
La sonrisa en mis labios...
La marca de mi lágrima sobre la almohada...

Sus recuerdos son la mejor excusa para esperarlo... pero también para olvidarlo... ¿Por qué me costará tanto?...


EL DÍA QUE ME QUISISTE

Tus ojos fueron el puerto de mis deseos. Sembrando silencios en el eco de tu boca, me fui vistiendo de soledades llenas de tu risa y así anduve siempre buscando. Eternizaba tu nombre cada noche en lo más prohibido de mis ansias y te recostabas en el hueco que quedaba entre mis sueños y mi alma. Qué es lo que no hubiese dejado por tu amor, si hasta mi pasado entero y mi futuro incierto lo dejé a tu criterio… Hubiese dejado todo, menos a ti. El día que me quisiste, no hubo sol ni luna… Mis ojos no se perdieron en los tuyos, pues ellos al fin descansaron en mí. El día que me quisiste se desprometieron las promesas y no hubo que inventar esquinas donde los besos crecían. Tan eterno como efímero fue sentirte mío, que aún palpita en mi sangre tu ley y mis manos llevan la línea de tu vida ya perdida… Perdida para este corazón, que de tanto correr para alcanzarte, quedó latiendo en el asfalto de tu silencio. El día que me quieras, la primavera mentirá un verano, la noche se hará tarde muy temprano… Tanto que enfermaran de otoño los inviernos. Y mientras espero ese día, sigo buscándote… Hasta el día que vuelvas a quererme.

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